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A medida que nos hacemos mayores, los bloqueos creados por situaciones traumáticas vividas desde la infancia, definen nuestra personalidad.

¿Qué son los traumas infantiles?

Los traumas infantiles se generan por una vivencia dolorosa que impacta en el equilibrio emocional de un niño.

Estas situaciones suelen encuadrarse en distintos niveles de dolor, de forma preestablecida, pero si tenemos en cuenta algo tan fundamental como que cada ser humando es un ente único y diferencial, también su capacidad de reacción ante una situación dolorosa es única.

El grado de influencia emocional no está siempre relacionado con la gravedad del suceso. Misma situación diferente reacción.

Los grados con que se puede evaluar un hecho doloroso están condicionados por las costumbres, el entorno, la cultura y es vital tenerlos en cuenta.

Podemos usar algunas pautas para guiarnos pero no podemos unificar a las personas en un patrón predefinido.

Síntomas de padecer algún trauma infantil

Siempre es necesario que los padres y todos los adultos que forman parte del entorno inmediato del niño estén atentos.

Captar la esencia de cada uno de los pequeños es fundamental para comprobar una alteración en la conducta provocada por un hecho traumático.

La responsabilidad de cuidar de ellos, va mucho mas allá del deber de cubrir sus necesidades básicas.

Cuidar significa una atención constante y una total implicación hasta que lo enseñado les permita integrarse de a poco en la sociedad seguros de sí mismos.

Algunos síntomas de sufrir algún trauma durante la infancia son: cambio en el carácter, pesadillas, reticencias de acercarse a alguien del entorno, bajo rendimiento escolar, necesidad de no ser notado o necesidad de llamar la atención, etc. Cualquier  alteración en el comportamiento habitual es una señal de alarma.

El apoyo de la familia es vital

En ese momento es fundamental el apoyo y el equilibrio del adulto porque puede que el niño  esté condicionado por miedo y no quiera expresar lo que le sucede o hay veces que no puede explicarlo porque aún no alcanza a entender la situación.

Nuestra toma de conciencia, acción, una solvente madurez emocional y cortar de raíz la situación que genera el conflicto son los ingredientes necesarios para acogerlos y librarlos del dolor.

Debemos dejar de considerar a  cada niño casi una copia de otro, hay pequeños matices que se pueden generalizar pero, la reacción ante un dolor traumático conduce a una actitud individual.

¿Durante cuántos años pueden afectar los traumas infantiles?

Los traumas infantiles pueden afectarnos toda la vida.

Si como ser humano adulto vemos que hay bloqueos como miedos, fobias, rechazo a comidas u olores, situaciones que alteran nuestra manera normal de funcionar, que emocionalmente nos desestructurados, tenemos que darle muchísima importancia.

Hay traumas que se quedaron en el subconsciente y cada vez que intentamos hacer algo, ese mismo subconsciente va avisando: «Tu no puedes», «Tu no lo sabes», «Tu tienes miedo a…» y lo asumimos como algo normal y no lo es.

Todos y cada uno de estos bloqueos es posible tratarlo, erradicarlo y tener una vida plena en libertad y armonía.

Buscar la solución es el primer paso para encontrarla.

Terapias recomendables

No hay que descartar ninguna terapia, sólo tenemos que tener en cuenta de elegir la que nos haga sentir cómodos.

Hay muchas terapias tradicionales y muy conocidas y efectivas como la psicología, por ejemplo.

Respecto a las terapias alternativas y dela gran propuesta que tenemos en este campo, cada vez mas reconocido, quiero destacar la E.F.T. (Técnicas de Libertad Emocional), también se la conoce como Tapping, ésta técnica  da rápidos y efectivos resultados. Tiene como ventaja a destacar, la de poder trabajar con las personas y sus bloqueos, de ahora en adelante, en pocas sesiones y sin tener necesariamente que revivir el momento doloroso en que se generó el trauma.

Nuestro consejo

No debemos resignarnos a vivir una vida con limitaciones.

Podemos curar desde un pequeño susto que nos afecte a un terrible golpe emocional. Tenemos que querer hacerlo, desear de verdad vivir sin ese dolor.

Hay muchas terapias por los traumas infantiles. Por eso es importante buscar y encontrar la que mejor se adapte a cada uno.

Elegir una terapia que motive y  dé confianza para crecer emocionalmente. Comenzar, por fin, a sentirnos libres y a disfrutar sin condiciones. Crear un lazo de disposición, respeto y  confianza en el terapeuta es fundamental, sintiéndonos tratados como lo que somos, seres únicos e irrepetibles.

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