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¿Nos encontramos ante una crisis de pareja o se ha acabado la relación?

Cuando la convivencia se convierte en una soledad compartida o aun peor, cuando la acompañan claros sentimientos de hastío y rechazo y aquellas cosas que antes no nos importaban empiezan a volverse insoportables, hay que hacer un alto en el camino para poner orden y plantearnos si aún tiene sentido continuar en pareja. Es posible que sigamos juntos por muchas razones que en nada se parecen a aquellas que nos unieron en un principio, pero lo que queda claro es que la convivencia ha perdido su calidad  y el malestar y el sufrimiento se convierten en el plato diario.

Aunque separación y divorcio no son siempre la solución, continuar juntos a cualquier precio tampoco, pues el malestar terminará afectando la salud de todo el sistema.

Quienes deciden separarse se encuentran ante muchos interrogantes y temores que abarcan todos los aspectos de nuestra existencia. Una separación en muchos casos es lo más cercano a un proceso de muerte y duelo.

Las inseguridades, el miedo, la culpa y la incertidumbre suelen producir altas dosis de sufrimiento y a ello se añaden toda una serie de preguntas como son: ¿Cómo y dónde voy a vivir ahora?; ¿tendré recursos para continuar sin mi pareja? ¿Quién pagará las cuentas de ahora en adelante? ¿Quién se quedará con qué?. Los hijos: ¿Con quién van a vivir? ¿Cómo será la custodia? ¿Qué van a pensar y sentir cuando nos separemos? ¿Será mejor o peor para ellos? Etc.

Es posible que además pasemos a ser mal vistos y juzgados por nuestro entorno con lo cual las cosas se hacen más difíciles.

Nunca es cosa de uno

Así como el bienestar de una pareja es un acto de dos, una separación y divorcio también. Las responsabilidades siempre son compartidas en mayor o menor medida y el entramado de situaciones suele ser complejo.

¿Qué ha pasado?

Pueden haber pasado muchas cosas, pero en todos los casos que esto ocurre la realidad es que se ha perdido la cercanía, la complicidad, la atracción.

Es posible que sea tan solo consecuencia de las múltiples ocupaciones a nuestro alrededor (hijos, trabajo, enfermedades físicas o mentales, intereses personales, dificultades externas o internas del individuo) que han logrado invadir todos los espacios asfixiando los necesarios para el buen desarrollo de la pareja y creando una dolorosa sensación de abandono o impotencia por una o ambas partes.

Puede ser que la carga emocional que llevamos a cuestas desde nuestras familias de origen, no permitan el desarrollo de la pareja.

En el mejor de los casos hemos evolucionado a lo largo del tiempo en direcciones distintas y descubrimos después de mucho intentarlo que nuestros mundos ya no son compatibles.

Y en el peor de los casos hayamos traspasado los límites de los cuales es difícil retornar, como son la perdido del respeto y la confianza (infidelidad, engaños, maltrato físico o psicológico).

Cómo afrontar la separación y divorcio

Las separaciones por lo general suelen ser muy traumáticas, con lo cual deberían ser siempre el último paso tras buscar soluciones. Cuando ya es claro que no hay vuelta atrás, es muy recomendable hacer el proceso de manos de un terapeuta de pareja que ayude a mediar la situación para que el resultado sea el más sano posible para todas las partes implicadas.

Es difícil pensar con claridad en momentos de grandes cambios cargados de emotividad en los cuales se pierde la perspectiva con facilidad. Por muy centrados que estemos en un proceso de separación y divorcio nos enfrentamos a grandes angustias.

Las separaciones nos confrontan con nuestro ser mas primario donde el miedo, la culpa, la inseguridad, el orgullo, la frustración y la rabia suelen tomar gran protagonismo. El dolor y la frustración pueden convertirse fácilmente en depresión y colocarnos en posición de víctimas o justicieros o incluso vengadores cuando hemos sido los dejados y aquel que toma la decisión de retirarse en muchos casos ha de lidiar además con su sentimiento de culpa.

Desde el dolor y desde el instinto de conservación este proceso puede fácilmente convertirse en  una batalla campal que terminará no solamente destrozando a la pareja, sino que acarreará consecuencias y heridas en los hijos. Es un precio a pagar que hay que evitar en la medida de lo posible. Sería importarte lograr comenzar desde el reconocimiento mutuo de que no hemos sabido o podido llevar las situaciones de otra manera, que desde la posición que busca culpables.

Si bien el apoyo de familiares y amigos es importante en un momento como estos, no hay que perder de vista que desde una posición de lealtad personal y afectación emocional, su implicación y consejo pueden terminan echando mas leña al fuego que proporcionando el alivio necesitado para el bienestar de todos los implicados.

Independientemente de las razones por las cuales la persona que tenemos a nuestro lado ha dejado de interesarnos o hemos dejado de interesarle, es importante reflexionar y dedicar la energía necesaria para que el cierre no solamente sea lo menos traumático posible, sino para que a pesar del dolor que el proceso nos pueda crear, la separación se convierta en recuperar calidad de vida y salir de una situación que ya no da mas de sí, para pasar a estar mejor.

¿Cómo superar la separación o divorcio?

Es aconsejable rodearse y platicar con amigos, familiares e incluso acudir a una psicoterapia o apoyo emocional, también ayuda la asesoría de un religioso que aporte riqueza a la nueva forma de vida que se presenta. También se deberán considerar aspectos como la nueva manera de vivir; en caso de tener hijos con la ex pareja se tendrán que negociar acuerdos. Y por ningún motivo es recomendable desahogarse con los hijos ni mucho menos hablar mal del otro ya que el daño que se ocasiona a los hijos es muy grave.

Hay que evitar

Para superar una separación o un divorcio lo peor que puedes hacer es evadir la situación buscando curitas emocionales, en donde se esconda lo que se siente y fingir o pretender que no pasa nada, ya que las emociones taponadas y contenidas en exceso en cualquier momento saldrán con mayor presión e intensidad, es como agitar una gaseosa, al momento de abrirla saldrá con toda la presión acumulada. Tampoco se debe buscar una nueva pareja antes de haber superado el duelo.

Lo positivo de la separación o divorcio

Se puede ver la nueva situación como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje para llegar a un desarrollo y autoconocimiento de las propias potencialidades, es momento de hacer todo aquello que se dejo de hacer por que se tenía una pareja.

Hay ocasiones que se dejan de lado las actividades personales y los intereses propios por atención a la pareja, ya sea por que no le gustaba, no estaba de acuerdo o no había tiempo y disposición. Es momento de frecuentar los lugares y las personas que se dejaron por estar con la pareja, mejorar el arreglo personal, mejorar la imagen, comenzar el proyecto que se tenía pendiente. Vivir de una manera diferente y orientada al desarrollo y crecimiento personal.

Un consejo

Lo mas importante a considerar es que la vida continúa y que el dolor tan inmenso se podrá superar, «nada es para siempre» y al paso del tiempo se verá como una experiencia mas. Es recomendable que si se detecta que se esta atorado en una etapa del duelo se busque ayuda psicológica para trabajarlo y superarlo.

Cuando se tengan las emociones neutras y se vea el pasado como un evento más y una experiencia de vida en donde se pueda seguir sin necesidad de saber de la otra persona, será que ya se libero o soltó el sentimiento que se tenía por el otro, entonces es momento de prepararse para una nueva relación romántica. Por que ya no se está atado por el pasado.

Liz Corredor
Médico especialista en salud mental y drogodependencias.

Fuente: enbuenasmanos.com

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