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Por Francisco Puñal Suárez

La libertad que tiene la caricatura para tratar temas universales, enfocar situaciones de todo tipo y experimentar nuevas técnicas, es una de las cosas que más estimula a Tony Tasco a dibujar cada día. Hijo de inmigrantes italianos, nacido en 1962 en la ciudad belga de Genk, una de las localidades industriales más importantes de Flandes, a Tony desde su infancia le gustó hacer garabatos y caricaturas.

Ha dibujado toda su vida, y estudió pintura en la Academia.

Yo dibujo a mano – expresa Tony- con tinta, lápices de colores y otras técnicas de la escuela clásica, que algunos dibujantes modernos subestiman.

Cualquier tema social – añade- puede servir de inspiración. Mi pluma muchas

veces es afilada como un cuchillo, pero me gusta que la gente sonría. Me inspiran grandes artistas del pasado y del presente, y prefiero probar diferentes estilos.

Dibujante autónomo desde 1988, Tony participa en concursos internacionales de humor gráfico, donde ha ganado varios premios – uno de ellos fue el obtenido en la ciudad danesa de Viborg, en el evento organizado por el restaurante Niels Bugge, con el tema “Comer o no comer”- y también ha realizado trabajos publicitarios.

El humor y la sátira – continúa – son muy importantes en una sociedad que tiene mucha información, pues sirven para llamar la atención de los lectores sobre aspectos concretos de la realidad que afectan a la sociedad. El humor y la sátira son armas de la inteligencia. Una buena caricatura dice más que mil palabras, y hace ejercitar la mente.

En la obra de Tony Tasco llama la atención su cuidado dibujo, el uso del color, el empleo del absurdo, la ironía, y esa capacidad de relacionar cosas que aparentemente no están conectadas, que sorprenden al espectador, y que es la base de la naturaleza inventiva del humor.

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