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Trastornos alimentarios: a la orden del día

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades psicológicas que se manifiestan a través de la alimentación y, lamentablemente, están a la orden del día gracias o por culpa de los cánones de belleza actuales en los que prima la delgadez extrema.

Los cánones de belleza han ido variando a lo largo de la historia de la humanidad. Según la época, la sociedad establecía como atractivas unas características u otras, tanto en mujeres como en hombres, aunque no se puede negar que es un peso que ha recaído más en las mujeres.

Desde la época de Nefertiti (s. XIV) hasta la actualidad, han sido muchas las estrellas de cine o modelos que se han establecido como musas o referentes en su época. Ejemplo de ello son mujeres como Marilyn Monroe, Kim Basinger, Sharon Stone o Jennifer Aniston.

Todo ello es un lastre que, como sociedad, establece lo que entra dentro de una supuesta normalidad y lo que se aleja de ella, dejando consecuencias nefastas en la autoestima de muchas mujeres y hombres durante la infancia, la adolescencia y la edad adulta.

En este artículo hablaremos sobre la ebriorexia o drunkorexia (del inglés), una enfermedad poco común pero que puede resultar muy grave en estados avanzados y tiene su origen en la falta de autoestima y vulnerabilidad de la persona afectada.

¿Qué es la ebriorexia o drunkorexia?

La ebriorexia es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por el abuso de alcohol. La particularidad de esta enfermedad es que engloba varios TCA como son la anorexia y la bulimia y tiene las consecuencias propias de los dos trastornos de la alimentación, además de las propias del alcoholismo.

La persona ebrioréxica consume grandes cantidades de alcohol durante la noche y no come nada durante el día o, en caso de realizar alguna ingesta, se provoca el vómito o realiza ayunos voluntarios, creyendo que de esta forma compensa las calorías que le proporciona la bebida.

¿Cómo detectar los síntomas de la ebriorexia?

La línea entre el uso y el abuso es muy fina, por lo que la clave para tratar este tipo de trastornos siempre va a ser la detección temprana.

A continuación, detallamos algunos patrones y síntomas para detectar si alguien de nuestro entorno está padeciendo este trastorno:

  • Restricción calórica durante el día, llevándolo a pasar hambre.
  • Consumo excesivo de alcohol en un breve período de tiempo, normalmente por la noche.
  • Cambios repentinos en la conducta de la persona enferma: agresividad, irritabilidad, depresión…
  • Idealización de los cánones de belleza, llevándolo a tener pánico a engordar.

Consecuencias derivadas de la ebriorexia

Como cualquier enfermedad, tiene consecuencias físicas y psíquicas graves y muy graves según la fase en el que se encuentra:

  • Pérdida de peso excesiva en poco tiempo.
  • Amenorrea o pérdida de la menstruación en mujeres.
  • Insommio.
  • Ansiedad.
  • Problemas digestivos, renales y hepáticos como la cirrosis propia del alcoholismo.
  • Déficit de nutrientes, vitaminas y minerales dificultando el correcto funcionamiento del organismo.
  • Dificultad para concentrarse y pérdida de memoria a corto plazo.
  • Dificultad en las relaciones sociales y familiares o ausencia de ellas de repente, produciendo aislamiento social.
  • Problemas en todos los aspectos de la vida: social, laboral, académico, pudiendo llegar a tener problemas legales.
  • Riesgo de consumo de otras sustancias como las consideradas drogas duras: éxtasis, cocaína, heroína…
  • Puede llegar a provocar la muerte de la persona enferma si no se detecta a tiempo.

¿Quién está expuesto a padecer drunkorexia?

Como decíamos al principio del artículo, se trata de un trastorno psicológico derivado, en gran parte, por la incidencia que tienen los cánones de belleza actuales y, como sabemos, las mujeres son las más afectadas en este caso.

Además, se sabe que afecta mayoritariamente a mujeres jóvenes de entre 18 y 25 años y en período académico (sobre todo a universitarias).

Tratamiento contra la ebriorexia o drunkorexia

Al igual que el resto de los trastornos de la conducta alimentaria, al tratarse de una enfermedad mental con graves consecuencias físicas, el paciente deberá ser tratado por un equipo multidisciplinar que incluya los ámbitos de psiquiatría, psicología, enfermería, dietética y nutrición y, sobretodo, el apoyo del entorno más cercano de la persona como familia y amigos.

Conclusión

Debemos cambiar íntegramente el modelo de sociedad que tenemos y dar valor a otros conceptos como la generosidad, la empatía, el respeto y el amor hacia nosotros mismos y hacia los demás. Aceptarnos por lo que somos y no por cómo somos físicamente.

Querer superarse día a día para encontrar nuestro equilibrio físico y mental es fantástico, pero siempre desde una base segura y, preferiblemente, poniéndonos en manos de profesionales que nos ayuden a marcar objetivos reales a corto, medio y largo plazo. Crear nuestra mejor versión desde la confianza y el respeto hacia nosotros mismos y hacia nuestro cuerpo que, al fin y al cabo, es nuestro templo y debemos cuidarlo pues tiene que durarnos toda la vida.

Lara Cateura Díaz
Técnico superior en Dietética con enfoque holístico.
Fuente: www.enbuenasmanos.com

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