Skip to main content

Si estás en una dinámica de relación amor odio y no sabes a qué se debe ni como romper esa dinámica tan difícil, te aconsejamos leer el siguiente artículo.

¿Cómo es una relación amor odio?

No son dos palabras, son una sola «amorodio». Es un estado de dualidad. Allá donde hay amor, encontramos odio debajo, ya que el odio es una intrínseca parte del amor.
En la mayoría de personas existe una relación amor odio con ellas mismas y es completamente humano y natural. Así como nos amamos, nos odiamos y esto lo manifestamos con todas las personas de nuestro entorno.

En un momento amamos todo lo que somos o tenemos, valorándonos y sintiéndonos en lo alto de la montaña.

En otro momento, nos odiamos y lo manifestamos tratándonos de múltiples formas irrespetuosas, ya sea abusando del alcohol, de las drogas, de la comida, del trabajo, del sexo, del dinero, etc. Así como nos relacionamos con nosotr@s mism@s, así son las relaciones con los demás.
La clave está en ser conscientes del ángel y del demonio que habitan en nosotros. La toma de consciencia traerá aceptación, acción, claridad, comprensión y transformación.

¿Por qué pasamos de un extremo al otro?

Cuando iniciamos una relación, solemos mostrar nuestro lado divino, maravilloso, perfecto, incomparable y cuando pasa el tiempo, empezamos a mostrarnos tal cual somos con todo nuestro equipaje, porque es imposible enmascararlo, siempre sale por algún lado.

Y ahí empieza la fiesta con todas las emociones a flor de piel. Entonces la persona pasa de ser la más hermosa a la más horrible.

No podemos aferrarnos a amar para siempre. Amor odio es una relación. Al elegir amar, también elegimos odiar. Esta es la otra cara de la moneda.

El amor sincero

Cuando amamos de verdad a una persona, el mismo amor es suficiente garantía, no hay odio. El odio es ausencia de amor.

Pongámosle más energía en el amor, en la celebración, en cantar, bailar, reír y el amor florecerá y el odio y otras emociones no estarán ahí. Cuando el amor desaparece, entonces empezamos a encontrar salidas ocultas.

El amor no nace al tratar de resolver nuestras necesidades dependiendo de otro, sino al desarrollar nuestra propia riqueza interior y madurez. De hecho, tenemos mucho amor para dar que hará que atraigamos a nuestra vida más experiencias amorosas.

El odio contiene miedo, ira, celos y comparación

El odio es el resultado de múltiples emociones que lo avivan, fruto del miedo a la soledad, la rabia de no recibir lo que esperamos, los celos de querer poseer a la otra persona y la comparación que siempre crea tensión.

Normalmente, esperamos que los demás nos aporten la felicidad, el amor y creamos dependencias, expectativas, deseos y anhelos que son falsos.

Nada ni nadie es responsable de hacernos felices, ni un amigo, ni un hermano, ni un enamorado y aunque quisiera hacerlo, tampoco podría.

Cuando surge una relación basada en la necesitad de cubrir nuestras carencias o la expectativa de recibir algo a cambio, suele traer consecuencias dañinas para nuestra vida.

Las proyecciones

Las relaciones funcionan a menudo como un espejo, reflejando aspectos desconocidos de nuestro ser más profundo. Muy a menudo nos quedamos atrapados en proyecciones sobre situaciones y las personas de nuestro entorno.

Cuando esto sucede es porque somos incapaces de ser conscientes de nuestros deseos, anhelos, juicios y expectativas. A veces, es una proyección positiva o negativa y esto ocasiona una nube que nos impide ver la realidad tal como es.

Un ejercicio muy simple

Cuando te pilles juzgando a alguien, pregúntate a ti mism@: ¿se refiere a ti, realmente, lo que ves en él/ella?.

Después de una tormenta siempre viene la calma. Puede ser que nos sintamos inseguros en un momento y que necesitemos aferrarnos a algo que podamos.

Pero el terremoto interior es necesario y si lo permitimos, surgiremos con más fuerza para la vida. Decir sí a lo que estemos viviendo, será la clave. La meditación ayuda.

¿Por qué hay personas que todas sus relaciones son iguales?

Nuestras relaciones son tal cual nos han educado, las influencias externas recibidas en la infancia marcan la forma en que vivimos y cómo nos relacionamos con los demás.

Si hemos sido reconocidos y amados, nuestra autoestima y nuestra forma de comunicarnos es saludable en todos los aspectos. En cambio, si no nos han tratado con respeto y amor, esto se verá influenciado en nuestras conductas con los demás.

La raíz de nuestras dificultades o facilidades radica principalmente en cómo hemos sido educados. Normalmente etapa tras etapa se repiten los mismos patrones.

¿Cómo cambiar esa dinámica de relación amor odio?

Si tus relaciones resultan difíciles y conflictivas, es aconsejable pedir ayuda a un profesional de confianza que pueda guiarte y acompañarte a través de un trabajo de decondicionamiento o de terapia primal además de la meditación.

«Cuando tú cambias, el resto cambia. Si permaneces igual, todo lo demás sigue igual. El cambio está en ti mism@».

Lila Lorenzo
Instructora de Meditación y Técnicas de relajación, especialista en Terapia de la Risa. Formación para Empresas, Educación y Sanidad.

www.enbuenasmanos.com

Leave a Reply