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Función de la inflamación

En golpes, infecciones, situaciones de estrés (celular) continuado… salta la alarma, el cuerpo desvía su flujo sanguíneo causando enrojecimiento, calor, hinchazón y dolor. Por consecuencia entendemos que hay algo que no va bien, que mejor no tocar o que descansemos, es la inflamación y para combatirla podemos recurrir a antiinflamatorios naturales.

Aunque también puede suceder que esta respuesta sea anormalmente prolongada o demasiado intensa y que acabe lesionando los tejidos afectados. Gran parte de las enfermedades degenerativas (cardiopatías, diabetes, artritis, EPOC, Alzheimer…) tienen un componente inflamatorio persistente.

En esas ocasiones es recomendable el uso de antiinflamatorios (naturales o no) que nos ayuden a que esta respuesta sea menor. Lo ideal es tratar de entender cual es el caldo de cultivo de esa inflamación persistente y atajarla desde ahí.

¿Cómo actúan los antiinflamatorios?

Los fármacos antiinflamatorios logran frenar la reacción controlando la acción de las sustancias químicas producidas por el cuerpo que median en el proceso inflamatorio.

El resultado es la que la zona recupera el normal flujo sanguíneo y con ello reduce la hinchazón, la presión local de los tejidos y por ende el dolor, el rubor y el calor. También reducen la respuesta defensiva puesta en marcha en el tejido inflamado.

Efectos secundarios de los fármacos antiinflamatorios

  • En primer lugar, son irritativos para la pared del estómago (por el contacto).
  • Además, las sustancias que median en la respuesta inflamatoria también están involucradas en la producción del moco protector de la pared del estómago. Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos [AINE] inhiben su producción, lo que junto con la irritación, genera el efecto secundario de molestias estomacales, riesgo de hemorragia gástrica y de úlcera péptica si no se toman medidas antiácidas.
  • Los antiinflamatorios derivados de la cortisona, además de úlcera y hemorragia gástrica, si se usan durante tiempo prolongado, pueden causar descalcificación, osteoporosis, irritabilidad, obesidad, diabetes mellitus, etc.
  • Otro efecto secundario es la toxicidad, que es neutralizada por hígado y riñones, aumentando así su carga y los riesgos.
  • En personas alérgicas a estos medicamentos pueden causar erupciones, fiebre, migrañas, mareo, vómito…

Antiinflamatorios naturales: algunas plantas

Dentro de los antiinflamatorios naturales destacan las plantas medicinales. Hay gran cantidad de plantas con propiedad antiinflamatoria por lo que dependiendo de cual sea el tejido afectado elegiremos una u otra. Para ello es de gran valor el consejo de un profesional.

  • Respiratorio: salvia, malva, gordolobo, calaguala…
  • Laringe, faringe: erísimo, lespedeza…
  • Dolores reumáticos: Harpagofito, ulmaria, romero, cúrcuma, grosellero negro, jengibre…
  • Urinario: maíz, grosellero negro, malva, lespedeza…
  • Hepático: boldo, cúrcuma…
  • Digestivo: Uña de gato, kudzu, manzanilla…
  • Traumatismos (golpes, caídas, etc.): a nivel tópico podemos aplicar cremas o lociones a base de harpagofito, clavo, árnica, sauce, etc.

Estas plantas también tienen contraindicaciones, hay que observar cual es la mejor forma de aplicación y las posibles interacciones.

Comparten el mismo principio acción que los AINE plantas como ulmaria, sauce o harpagofito. Los antiinflamatorios naturales no tienen efectos secundarios o son muy leves pero siempre es mejor consultar previamente al profesional (sobre todo si padecemos problemas gastroduodenales)

Comparten la forma de acción de los corticoides plantas como cúrcuma o calaguala, sus efectos secundarios son considerablemente menores, pero también están contraindicadas en caso de úlcera péptica.

La alimentación y la inflamación

Hay modelos dietéticos que por sus carencias en ácidos grasos insaturados, vitaminas, minerales y fibra, promueven directamente las reacciones inflamatorias.

Esto es crucial en las enfermedades degenerativas, se ha demostrado que con intervenciones concretas sobre la dieta, la inflamación se reduce y el pronóstico mejora.

Es sorprendente que cuando pensamos en antiinflamatorios naturales veamos que uno de los mejores es… una buena alimentación.

Los consejos dietéticos a seguir

  • Evitar grasas hidrogenadas o saturadas. Evitar carnes grasas, alimentos industriales, lácteos…
  • Evitar alimentos con elevado índice glicémico. Pan blanco, azúcar añadido…
  • Consumir frecuentemente pescado azul, semillas de lino o suplementación en omega 3.
  • Consumir alimentos ricos en magnesio y fibra: verduras de hoja verde, legumbres, cereales integrales…
  • Consumir alimentos ricos en antioxidantes: verduras amarillas, naranjas, rojas.
  • Utilizar especias con compuestos antiinflamatorios: jengibre, romero, cúrcuma…
  • Evitar alimentos que produzcan intolerancia en el organismo.

Suplementación antiinflamatoria

También son buenos antiinflamatorios naturales los siguientes suplementos:

  • Omega 3 EPA/DHA.
  • Complementos minerales ricos en cobre, manganeso, metilsufonilmetano, selenio, sílice orgánico.
  • Complementos alimenticios como SAM, bromelaína, papaína.

Antiinflamatorios naturales: terapias alternativas

Si buscamos más antiinflamatorios naturales también podemos beneficiarnos de terapias como:

  • Acupuntura, moxibustión, auriculoterapia, Digitopuntura, etc.
  • Homeopatía.
  • Quiropraxia, Osteopatía, Reflexoterapia, etc.
  • Estímulos naturales como arcillas, cataplasmas, hidroterapia…

Nos ayudarán a controlar los procesos inflamatorios y a reducir o evitar la prescripción de antiinflamatorios convencionales consiguiendo generar menor cantidad de efectos secundarios.

Rubén Zuñeda Bustamante
Dietista, Naturopata, Acupuntor y Masajista. También me encuentro inmerso en la gestión de varias iniciativas de salud de carácter social.

Fuente: www.enbuenasmanos.com

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