Proporcionar una educación de calidad a nuestros niños debe ser el resultado de una decisión consciente. No es suficiente ser adulto para educar bien a un niño, ésta tarea requiere además que tanto padres como maestros nos preparemos en técnicas que beneficien al desarrollo del niño a corto, mediano y largo plazo.
En ese camino, el reforzamiento o refuerzo positivo es una herramienta que nos puede dar buenos resultados si sabemos usarlo apropiadamente.
¿Qué es el refuerzo positivo?
El reforzamiento o refuerzo positivo es un concepto y técnica creado hace muchos años por el psicólogo norteamericano B.F. Skinner, y que ha ido tomando mas énfasis con el desarrollo de la psicología positiva moderna. El objetivo del reforzamiento positivo es motivar e incrementar la presencia de una conducta deseada sin utilizar castigos o violencia.
A través del reforzamiento positivo vamos premiando las conductas que se desea ver en el niño. Los estímulos que se usan como premios para motivar una conducta deben ser muy atractivos para el pequeño y pueden variar desde unas palabras agradables (p. ej. «gracias por ser amable») hasta una actividad preferida (p. ej. «jugar con los juguetes favoritos»).
Inicialmente, los premios se deben presentar al niño inmediatamente después que la conducta deseada se haya exhibido o demostrado. Luego, según el niño va adquiriendo la nueva conducta y entendiendo su valor, el tiempo en que se otorga el premio puede variar.
Beneficios del refuerzo positivo
Veamos algunos de los beneficios del refuerzo positivo:
- Con el refuerzo positivo estimulamos la capacidad de esforzarse de los pequeños.
- Uno de los importantes beneficios del refuerzo positivo es que se consigue que los niños tenga una mejor autoestima.
- Elogiar lo que hacen bien les motivará a seguir haciéndolo.
- El refuerzo positivo se puede aplicar en todas las áreas del comportamiento del niño.
- No debe gritar a los niños o tener hacia ellos una conducta agresiva, está totalmente fuera de lo que es un refuerzo positivo.
- Es muy importante dedicar un tiempo a los niños todos los días y realizar con ellos algunas actividades.
¿En qué casos está especialmente indicado?
En todo momento que sientas es beneficioso para el niño y su aprendizaje de nuevas conductas. No es recomendable usar los extremos, como dar premios materiales a cada momento o no explicar la razón por la que están siendo premiados.
Si el niño muestra una conducta negativa, simplemente no se le entrega el premio y se le explica el por qué, recordándoles siempre que ellos tienen capacidad para demostrar mejores conductas.
El niño debe de comprender que elegir conductas positivas es más agradable que elegir conductas negativas.
El bienestar del adulto en la enseñanza del refuerzo positivo.
Hay un dicho que dice que el mejor regalo que le podemos dar a un hijo es nuestra propia felicidad, la forma en que vivimos nuestra propia vida.
Debemos aceptar que el proceso de educar a nuestros hijos significa también un proceso de evaluación de nuestras propias ideas, conductas y sentimientos.
Reconocer ello y trabajar con paciencia y amor en nuestro propio desarrollo y bienestar es un punto más a favor de la educación de nuestros niños.
¿Funciona el castigo o la humillación en público?
No. Siempre me he preguntado cual es la intención de alguien que utiliza el castigo, la fuerza o la humillación en público con un niño.
Usar acciones como el castigo físico o emocional, solo hará que el niño obedezca en el momento, por miedo o por no poder vencer la fuerza del adulto pero luego, como las investigaciones lo dicen, se manifestará el resentimiento, la falta de confianza y en el peor de los casos el niño repetirá la misma acción con otros en el futuro.
Por el contrario, el uso de acciones positivas al momento de corregir una conducta, abre espacios mentales no solo en la persona que intenta buscar una solución, sino también en quien se beneficiará de ella.
Las intenciones y expectaciones cuando se refuerza una conducta.
Reforzar positivamente una conducta no es sólo entregar un premio a un niño por una buena conducta. Hay que preguntarse que es lo que se intenta enseñar al niño. ¿Estás educando al niño para que actúe sólo por un premio o le estás también transmitiendo valores y virtudes?. ¿Lo estás premiando sólo para salir del momento o situación, o para que luego sea un adulto ejemplar?.
Tus intenciones deben ser claras porque ellas determinarán tus expectaciones y la forma en que vayas premiando y educando al niño. Es importante recordar y enseñar a nuestros niños que finalmente en la vida todas las acciones se hacen por un fin mayor que es el amor, el amor por uno mismo, por otros y por la vida.
Karín Ramirez
Educadora y coach de vida sobre temas personales y espirituales. Una agente para la evolución consciente en la vida personal y espiritual.
Fuente: enbuenasmanos.com