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Por Martín Alonso Aragón • martinalonsoaragon@gmail.com

Resulta simpático, pero da hasta risa encontrarse con gente latina que a esta altura, no sabe porque en noviembre se come tanto pavo. Es una simple tradición que los latinos adoptamos después de llegar a la tierra de las oportunidades.
“Nos vemos el jueves en la Pavada” – dicen algunos. “Yo llevo la cerveza”… manifiestan otros . . . Nosotros como inmigrantes, lo tomamos como un día festivo más y hasta lo celebramos.
El día de acción de gracias, es una celebración tradicional de Estados Unidos y Canadá.
Aquí en USA se celebra el cuarto jueves del mes de noviembre aunque originalmente se hacía el último jueves. En Canadá, por su parte, se celebra el segundo lunes de octubre. Generalmente en esta festividad se reúnen en torno a una mesa familiares y amigos a compartir un banquete. Aunque es religiosa en origen, hoy esta celebración es considerada como una festividad común y corriente.
El día de Acción de Gracias en América del Norte tiene sus orígenes en una mezcla de tradiciones europeas y aborígenes. En Europa, los festivales se llevaban a cabo antes y después de los ciclos de cosecha para agradecer por una buena cosecha, y para celebrar después del duro trabajo junto con el resto de la comunidad.
Los nativos americanos también celebraban el final de la cosecha. Cuando los europeos llegaron a lo que sería América por primera vez, llevaron sus propias tradiciones (fiestas de la cosecha) desde su continente, celebrando el final de su viaje, la paz y la buena cosecha.
En los Estados Unidos, la tradición moderna del día de Acción de Gracias tiene sus orígenes en el año 1621, en una celebración en Plymouth, en el actual estado de Massachusetts. También existen evidencias de que los exploradores españoles en Texas realizaron celebraciones en el continente con anterioridad en 1598, y fiestas de agradecimiento en la colonia de Virginia.
La fiesta en 1621 se celebró en agradecimiento por una buena cosecha. En los años posteriores, la tradición continuó con los líderes civiles tales como el gobernador William Bradford, quien planeó celebrar el día y ayudar en 1623.
Dado que al principio la colonia de Plymouth no tenía suficiente comida para alimentar a la mitad de los 102 colonos, los nativos de la tribu Wampanoag ayudaron a los peregrinos dándoles semillas y enseñándoles a pescar. La práctica de llevar a cabo un festival de la cosecha como éste no se volvió una tradición regular en Nueva Inglaterra hasta finales de la década de 1660 (…)
Si nos dedicamos a buscar información histórica, encontramos distintas observaciones, pero si lo miramos desde nuestra perspectiva, lo cierto es que con el Pavo, se le abre la puerta a la Navidad.
En conclusión, este mes, muchos lo persiguen (al Pavo), otros lo compran ya listo en la tienda; mientras que la otra mitad de los que celebran preparan sus paladares para degustar el sabor de una carne difícil de volver exquisita.
El ingenio culinario de quienes le dan el toque de sabor. . . desata la conversación: “Hola, que rico le quedó” . . . “Y a propósito: ¿Ya dieron Gracias?” . . .
Mientras tanto el Pavo, en su mundo, sabe que noviembre es el mes de su sacrificio y seguramente debe estar planeando como desquitarse de quienes un poco antes de la temporada se prepara a hacer el negocio, porque venderlo resulta muy lucrativo.
Pareciera que el Pavo despierta el consumismo. Curiosamente, un día después “Estalla” (como dinamita…. BIEN EXPLOSIVA) la avalancha de ofertas que convirtieron el viernes después de la suculenta cena… en el famoso viernes negro.
Llegan las grandes ofertas y MILAGROSAMENTE todos tienen dinero para ir y: “Aprovechar para comprar los regalos de navidad” – dicen alegres quienes caen en la red de las ofertas-
Bendito Pavo. . . mejor, bendito el día en que un grupo de inmigrantes pudieron comer Pavo y dar gracias a Dios por la gran oportunidad que encontraron en el que hoy por hoy seguimos viendo todos como el país de los sueños.
Dios bendiga a Estados Unidos y a nuestras familias que en medio de todo, podemos sentarnos a la mesa y también comer Pavo.
Un año más de Pavo… un año más de oportunidades para madrugar y aprovechar las grandes ofertas. . . “Si te la crees” – pues ándale y gasta y si tienes conque, pues aprovecha, pero recuerda que el Pavo podría estar detrás de ti para desquitarse.

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