Un loro se traga una pastilla de Viagra que su dueño había dejado distraídamente a su alcance. Cuando el dueño se percata de lo que había pasado, decide meter al loro en el congelador para calmar sus calenturas. Una hora más tarde, el hombre decide abrir la puerta del congelador y se encuentra al loro empapado en sudor.
-¿Pero cómo puedes estar sudando en el congelador? – Y el loro responde:
-Hijuemadre!!! ¿Y vos crees que es fácil abrirle las
patas a una gallina congelada?