Un tipo que se dirige a trabajar es solicitado por Manolo, que estaba de paseo por ahí:
“Oiga, por favor, ¿me podría decir que autobús tengo que abordar para ir al museo de la ciudad?”
“Sí, aquí mismo, coja el número 48”.
A mediodía, nuestro hombre vuelve del trabajo para ir a comer y se encuentra a Manolo que está todavía esperando en la parada del autobús.
“Pero ¿qué hace todavía aquí, no le dije que cogiera el 48?”
“Sí, ya han pasado cuarenta y tres autobuses, sólo faltan cinco”