Juan y Pedro conversan sobre su pasión por el fútbol.
– Fui a inscribirme para jugar en un equipo de fútbol pero me rechazaron.
– Ah, ¿sí? ¿Por qué?
– Por que me detectaron un defecto en la vista… no distingo bien los objetos.
– ¿Y qué vas hacer?
– Nada… me ofrecieron otro puesto, y acepté.
– ¡Qué bien! ¿De arquero?
– No, voy hacer árbitro.