Por Francisco Puñal Suárez
Con la celebración del 39 Salón Internacional de Humor, del 25 de agosto al 14 de octubre, la ciudad brasileña de Piracicaba, en el Estado de São Paulo, se convierte en una gran fiesta popular, donde la caricatura es la protagonista, y la risa y la reflexión sus más fieles acompañantes.
Esta es la mayor muestra en la historia del evento, al presentar 436 obras de 64 países, de una selección de 3,442 dibujos enviados, y ratifica al Salón como el más importante de América Latina, y uno de los mejores del mundo.
El Gran Premio Zelio de Ouro y Premio en Caricatura Personal fue para el brasileño Bruno Hamzagic de Carvalho, con un dibujo “arbitrario” del trompetista norteamericano Louis Armstrong, donde los ojos y el instrumento lo dicen todo.
En caricatura editorial, el cubano-mexicano Ángel Boligán obtuvo el premio con un dibujo de actualidad al mostrar la huida de la ONU, de la tragedia que vive Siria. Boligán, quien además obtuvo mención de honor en el género de caricatura, tiene ya en su haber la cifra de 132 premios internacionales, seguramente un record mundial.
Otros premiados fueron Rafael Correa, Ulisses Araújo, y Rodrigo Machado de Brasil; y Oleksy Kutovsky, de Ucrania.
La sede principal del evento acoge, además, siete exposiciones paralelas: Humor del Día a Día en la Folha de Sao Paulo, con dibujos de ese importante periódico; Un cierto humor ucraniano, de Vladimir Kazanevsky; Lugares In-Comuns, que rinde homenaje a Jaguar, uno de los fundadores del célebre semanario Pasquim; Brasil do Bem, con caricaturas de personalidades brasileñas; Xilogravuras de Samuel Casal, y Retazos, de Junior Lopes.
En total hay 26 muestras esparcidas por toda la ciudad, y también se realizan lanzamientos de libros, talleres para diseñar y pintar, conferencias, actividades infantiles, concurso de microcuentos y otras muchas actividades que convierten a Piracicaba en la capital mundial del humor.
Eduardo Grosso, director del Centro Nacional de Humor Gráfico de Piracicaba, expresó que este Salón valoriza en su justa dimensión el arte de la caricatura. En todo este tiempo, Piracicaba proyectó los numerosos nuevos talentos, destacó a los profesionales consagrados y rescató a autores y obras históricas –dijo.