Por Francisco Puñal Suárez
Diversos personajes internacionales, como el inolvidable músico jamaicano Bob Marley, de quien se han cumplido recientemente treinta años de su fallecimiento, centran la atención del caricaturista guatemalteco Pablo Piloña, quien ya apunta como un nuevo talento de su país, en el humor gráfico.
Realizo mis obras –expresa Piloña- a través de un muy personal proceso de identificación con los personajes que estoy dibujando, de manera que en mi mente tarareaba algo de reggae mientras dibujaba a Bob Marley; recordaba variedad de obras de Dalí mientras lo caricaturizaba, o me venían a la memoria el gol de “la mano de Dios” al centrarme en Maradona. Creo que de eso se trata al representar figuras icónicas: hacer una autoevaluación del por qué nos impactan, y tratar de expresarlo en el resultado final de una figura gráfica, en la que se suman los elementos de dominio público y los criterios de orden personal.
A la hora de hacer una caricatura de esta categoría, -añade- me documento a nivel gráfico y a nivel biográfico. El gráfico consiste en hacer una selección de imágenes del personaje, algunas veces me baso en una sola, y otras cuantas, sumo elementos de varias opciones. Para la parte biográfica, me enfoco en aquellos momentos determinantes de cada personalidad, esta parte es la que me da un mapa del carácter de quien estoy dibujando. Similares referencias empleo para caricaturizar a cualquier persona.
El aspecto físico fundamental –subraya Pablo- de los personajes para caricaturizarlos con éxito, depende de cada uno. Yo hago una revisión de sus gestos para fijarme en aquellos que resultan más determinantes. De manera que en algunos veremos que el gesto involucra los ojos, en otros la boca, y en algunos otros, la nariz.
Estas obras –dice Pablo- las he desarrollado con una técnica mixta, de tinta china y marcador, empleando tres grosores de línea y una técnica de cruzado, en la cual soy autodidacta y con la que me siento muy cómodo. Trabajar rostros en blanco y negro puede ser muy impactante.