Skip to main content

Dos ancianos escuchaban el sermón de un predicador y este dijo:
Pongan su mano en la parte afectada y el milagro se producirá.

El viejito disimuladamente puso su mano en la entrepierna.

La viejita que lo observaba dijo.

-¡Viejo! Dijo milagro, N0 RESURRECCI0N.

Leave a Reply