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Por Martín Alonso Aragón • exitoaragon@hotmail.com

Es el cuento de cada año. La misma noticia es registrada por estos días en todos los medios de comunicación. En el espinoso tema hay un factor que si cambia. En el caso de Estados Unidos dicho factor fue blanco a través de la historia, pero desde hace 3 años se puso oscuro.

Me refiero a los presidentes. Es la única variante en el asombroso repunte del precio en el galón de gasolina. ¿Y quién puede explicar el fenómeno? Años atrás el argumento era la falta de recurso humano para la adecuada maniobra en las refinerías, en otro tiempo de la historia, era el costo en la mano de obra calificada para el adecuado manejo de los procesos de explotación petrolífera…. en la misma evolución histórica se habló otros años del incremento arancelario para la transportación de cargas de petróleo o materia prima para obtener el combustible.

A través de los años, en cada época como la que estamos experimentando hoy con los altos precios del “preciado” líquido (porque ahora resulta ser más vital que el agua) aparecen situaciones que justifican la razón que lleva a muchos a alucinar, como es el caso de los protagonistas de la portada, que simplemente representan la cruda realidad que Usted y Yo estamos experimentando por estos días.

Y lo peor; que tal como van las cosas y las proyecciones de los entendidos en materia económica, el asunto está a punto de empezar a arder; y no porque pueda estallar un tanque de gasolina, sino por el estallido literal que si va a producir en Usted, el anuncio que muy pronto se escuchará y que está directamente relacionado con lo que tendremos que llegar a pagar si queremos mover nuestro carro para ir al trabajo. Como quien dice, que el valor de un galón de aquella “agua amarilla” podría casi alcanzar los 6 dólares.

Mejor dicho, cuando vaya a echar gasolina, prepárese, por que quien cobra, será “La Cobra” disfrazada de manguera colgada de una pompa en cualquier gasolinera. La gasolina se transformará en un reptil que si usted se descuida, lo puede salpicar con su veneno.

Pero no es tiempo de llorar sobre la leche derramada. Póngase a pensar en lo que haríamos en nuestros países. ¿Ir caminando al trabajo? – Aquí es prácticamente imposible. Entonces ir en grupos de 5 y cada semana turnar el vehículo y entre todos pagar “la tanqueada”. ¿O usted tiene una mejor solución?
Si es así póngase en contacto con nosotros, pase la voz, no se guarde el secreto para usted solo, recuerde que somos la gran diferencia en Estados Unidos y si no hagamos para el mismo costado, vamos a acabar empujando los carros.

“Póngale corriente” eso dice mi esposa; “Es que es la más barata” y nos dejamos llevar por la gran mentira de usar gasolina que al final no alcanza lo suficiente y termina por hacernos gastar más de la cuenta.

Pero no le de más rodeos al asunto, en lugar de estar haciendo movimientos desatinados, aprétele la cabeza a La Cobra,. Sáquele el veneno y no deje de trabajar, porque ahí si que va a sentir el gran golpe económico.

En otras palabras, trate de meter La Cobra a quien le cobra y páguele, al fin de cuentas todos necesitamos ir a algún sitio hoy.

No hay alternativa, la vida sigue y si la cobra le cobra más caro, trate de encimarle los ojos, porque de seguro se le van a brotar del pánico que le va a originar la noticia de los estrambóticos precios de la gasolina.

No hay de otra. ¿Te quieres movilizar? No trates de cambiar la historia, es una sola y debes sujetarte a ella. Entonces, que viva “La Cobra” .- . . perdón; Que viva la niñera en mi casa para no pagar extra por su transporte.

¿Sabes cuantas soluciones mas hay”…. averígualo, pero antes date un tiempo de sonreír en medio de la angustiosa espera y deja que explote este taco de dinamita en tus manos.

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