La supervisión constante de los padres son esenciales para asegurar que el estudiante desarrolle una relación saludable con su escuela y como se comporta en la sociedad.
El panorama que están viviendo nuestras invitadas de portada es el panorama que usualmente vivimos en nuestros hogares latinos. Los padres están presentes en cuerpo pero la mente definitivamente esta en otro lado, se enfocan tanto en el trabajo, otras actividades y se dejan absorber tanto por las labores diarias como por el día a día y se empieza a descuidar lo más importante, nuestros hijos.
Vivimos con ellos, pero ¿Realmente sabemos quienes son? ¿A que se dedican? ¿Quienes son sus amistades? ¿Que se la pasan haciendo y pensando la mayoría del tiempo?
Te has preguntado si les dedicas al menos un par de minutos diarios para saber como les fue en el colegio, cuales son sus preocupaciones, están pasando algún tipo de dificultad en la escuela. Deberíamos hacernos un auto análisis y contestarnos esas y muchas preguntas para saber verdaderamente cuales son los pasos de nuestros hijos.
Los niños sin atención pierden motivación. Para un niño, es de gran relevancia que sus padres muestren interés en sus actividades tanto de la vida diaria como en la escolar. Al mostrarlo, ayudarán a sus hijos con su autoestima y a tener éxito escolar.
Un padre involucrado con sus hijos es un padre con voz, que puede luchar y desempeñar un papel central para batallar por la educación que necesitan y merecen sus pequeños.
La psicóloga especialista en educación Paloma Valladares Ortiz asegura que la escuela es muy importante para la educación de los hijos pero que nada se lograría, sin el apoyo e interés de la familia. La escuela sí es la principal fuente de educación en el niño sin embargo, para que esto se dé tiene que estar la familia atrás, porque antes de que vaya el niño a la escuela el primer contacto que tiene con el exterior es por medio de la familia.
Otro problema que asecha es la presencia de las nuevas tecnologías y ha aumentado en los adolescentes en la última década, puesto que los dispositivos electrónicos se tornan cada vez más fundamentales en el día a día, sea como referente de identidad y de estatus en los jóvenes o como un refugio por falta de atención o comunicación de los padres.
Ser adolescente en la actualidad implica tener el último iPhone, celular, tabletas, PSP o el Nintendo con conexión wi-fi, y muchas veces los hijos, disponen de la tecnología más avanzada que la que poseen sus propios padres, sin embargo el problema no radica allí sino en su mal uso.
Esta epidemia tecnológica no sólo está afectando en los adolescentes problemas psicológicos sino que está causando afecciones musculares y articulares puesto que adoptan las posiciones inadecuadas durante horas, Sin embargo, estas actividades no tienen por qué ser perjudiciales, puesto que los padres podrían inducir el sentido crítico ante temas de violencia, sexismo y consumismo, así como limitar y repartir el tiempo de sus actividades, responsabilidades y deberes con sus hijos.
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