Por Francisco Puñal Suárez
Con un estilo inconfundible, el dibujante español Luis Grañena (Zaragoza 1968) es un autor imaginativo, fecundo y atrevido que, con sus caricaturas, se mete en la piel y en el alma de los personajes captados por su mirada.
El especialista y estudioso de su obra, Pedro Zapater, dice que Grañena escribe con sus ilustraciones, páginas de la historia del arte, y que sus demonios se liberan en cada dibujo sin perder por ello el más mínimo detalle.
Grañena se inicia en la ilustración de forma autodidacta hasta llegar a la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza y, años más tarde, a la Universidad de Zaragoza, donde se licencia en Historia del Arte. Sus primeros trabajos en prensa fueron en la revista El Pollo Urbano, incorporándose después a la redacción de Heraldo de Aragón. Allí trabaja varios años en el departamento de diseño, junto al artista Calpurnio Pisón, autor del famoso “Cuttlas”.
Tras obtener numerosos premios de la Society of News Desing (SND) al conjunto de su obra en prensa, emprende a comienzos de 2009 un nuevo rumbo en su trabajo y fija su residencia en el Matarraña, en la localidad turolense de Valderrobres, España, desde donde envía sus dibujos a publicaciones como Financial Times, New Yorker y Vanity Fair, (Estados Unidos), The Independent (Inglaterra); Sábado y Expresso (Portugal); Liberation (Francia); La Tercera (Chile) y otras, sin olvidar a El Heraldo de Aragón.
A la hora de hacer una caricatura personal –expresa Grañena – me fijo en primer lugar en su cara y en su expresión, luego analizo su actividad y su forma de vestir. Hay que valorar el aspecto general y captar los elementos esenciales, que le distinguen del resto y le definen a primera vista. Cuanta más documentación exista a mano, mejor sale el trabajo, es importante que sea alguien conocido, famoso, para que tenga la imagen mayor impacto. Empiezo con lápiz, y después escaneo el boceto, y lo acabo con el ordenador.
El humor –subraya Grañena- es necesario. Aporta un punto de vista y una estética diferentes. El humor conecta con todo el mundo y hay que intentar ser crítico siempre.
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