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Por Martín Alonso Aragón • martinalonsoaragon@gmail.com

En la gran mayoría de veces nos dejamos acorralar por la ilusión de los niños, para quienes un regalo en Navidad, tiene tal vez, el más profundo significado. Eso es lo que nos enseñaron las tradiciones acentuadas por las GRANDES campañas publicitarias que convierten celebraciones como esta, en verdaderos eventos comerciales.

Si miramos hacia nuestros días de niñez, es fácil recordar aquellos momentos en que con gran ansiedad, esperábamos la llegada del Niño Dios…. O del que después nos metieron por los ojos: Papá Noel.
Son dos figuras que en realidad no tienen la responsabilidad de regalarnos nada; pero así crecimos y hoy nuestros hijos se la creen igual. Pero los tiempos cambian. En nuestra época (y espero estar en sintonía con la mayoría de lectores) era simple esperar el regalo de Navidad. . . lo pedíamos y con seguridad lo íbamos a encontrar.

Hoy la historia es distinta. Nuestros hijos nos ponen en verdaderos aprietos; o mejor dicho, se la ponen bien complicada a Santa Claus. ¿Se ha imaginado usted a Santa, mirando su presupuesto para tener que pagar por aquellos pedidos, que en su gran mayoría son justamente los “juguetes” de avanzado diseño a partir de la fantástica tecnología?

Si, ya se… fue un poco larga la pregunta, pero hasta eso han complicado los GRANDES avances tecnológicos. Tremendo compromiso el de aquel personaje barbado vestido de rojo y blanco. Por lo menos eso nos hace salvar un poco la responsabilidad de tener que invertir tanto en un simple regalo de Navidad.
Pero mejor: No se la crea, porque Santa es solo una leyenda que hoy le da color a la temporada. Ni se ría, al imaginarse lo que le pasará al gordito barbudo al tomarse esa taza de leche. . . mejor tenga en cuenta, que el que va a estar en aprietos es usted Papá, cuando se entere que el listado de regalos supera los mil dólares en compras. Uffff !!! y si la llave del baño no está; imagínese el desenlace.

Si hubiéramos empezado por contarle a nuestros hijos que el amor basado en el respeto mutuo, la consideración reciproca y la responsabilidad compartida (para no citar otros componentes de los valores que hemos dejado perder) son fundamentales en la construcción de una familia con valores REALES, no estuviéramos hoy pensando en que la tabla de salvación, es la tarjeta de crédito.
No. Definitivamente, tenemos que salvar la falsa ilusión que le ayudamos a construir a nuestros hijos. Ahhh !!! y menos mal que tenemos dos tarjetas de crédito (Je, je, je). Ese fue el logro de este año, ya que el pasado diciembre nos quedamos cortos en la posibilidad de complacer todos los pedidos de nuestros pequeños.

¿Saben cuanto nos hubiésemos ahorrado? Mirándolo en terminos financieros, y si le sumamos todos los intereses, son miles de dólares; y a un gran largo plazo… ¿Ven? – que pequeña equivocación no haber hablado de lo que realmente significa la Navidad.
Pero ni modo. Ya para que lloramos sobre la leche derramada . . . si la que quedó se la dio tu niño a Santa y mira como lo tiene. ¿Tendrá cabeza para pensar que va a llevar de regalo, si es que el dolorcito estomacal lo deja?
En un gran sentido figurado, ese cólico se lo hubiéramos evitado a Santa, pero: ¿saben como? Si a nosotros de niños nos hubieran dicho la verdad. Nos mintieron . . . pero de cualquier modo, nos dejaron cultivar la inocencia de niños que hoy aún gozan nuestros pequeños en medio de las atrocidades del mundo.

En medio de semejante contraste, la gran enseñanza que podemos sacar del asunto es que deberíamos preparar a nuestros hijos y contarles la verdad, para que ellos se la digan a los suyos, y que a cambio, pongan en práctica el amor de tiempo completo.Aquí como adelanto, les dejo parte de la fórmula para lograrlo:
– No abuses de tu jornada laboral (trabaja 8 horas y dedícale tiempo a tus hijos)
– No compres más de la cuenta (No te endeudes innecesariamente)
– Ahorra un poco (de 20 en 20 cada semana probablemente tendrás para un buen regalo al final del año)
– Comparte los días libres con tu familia y menos con la farra (a fin de cuentas, esa es tu obligación)

Al final, hasta el mismo Papá Noel te lo va a agradecer y con seguridad tendrá la oportunidad de seguir vigente, aunque sea en las carteleras para adornar la Navidad. El resto de apuntes para lograr el clima ideal de Navidad, te los contaré de otra manera, si es que estás interesado. Mientras tanto, gózatela la despedida de año y aprovecha plenamente a tu familia. Felices fiestas y que el 2015 no te pesque en el baño. Explótate de la risa, pero no hagas Pum!!!

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