Por Marcelo Sandrin
Nos dejó hace muy poco uno de los personajes más conocidos de los últimos tiempos, el futbolista Argentino Diego Armando Maradona.
Para muchos el más grande futbolista de toda la historia, un Dios viviente. Para otros una persona llena de muchos problemas y desagradables declaraciones.
En un mismo partido de fútbol podemos ejemplificar todo lo que generó este personaje único. Metió, para muchos el mejor gol de la historia de los Mundiales ante Inglaterra en México 86, pero también el más infame y polémico, el de la mano de Dios
¿Cómo colocar en un gol tramposo el nombre de Dios? Resulta que para muchos fue la venganza de Argentina contra “los piratas Ingleses” (y como estos le robaron al mundo, por ejemplo las islas de las Malvinas, todo se justifica).
Héroe sin ninguna para los Argentinos por lo que comentamos sobre lo que logró por el mundo del fútbol, ganando un Campeonato con el popular Boca Juniors, con la selección Argentina y con el humilde Nápoles de Italia.
Villano para muchos anti-comunistas o anti-Fidel Castro. Resulta que Maradona tenía una muy buena relación con USA pero un dia queriendo entrar por Canadá no pudo, lo trataron mal y el Diego se pasó para el bando de enfrente. Allí en la isla de Cuba gozo de la comodidad de Fidel y lejos de curarse de su problema de Droga, Maradona se dedicó a gozar de lo lindo.
Villano para otros por sus relaciones con diferentes mujeres y por algunos hijos no reconocidos. Por su falta de respeto a la hora de declarar y su forma de hacer gestos más que repudiables.
Siempre diré que es difícil ser como Maradona. Muchas veces lo culpamos de muchas cosas pero también hay que decir que la gente tiene parte de culpa por usarlo. Hay que estar en los zapatos de Maradona. Algunos como él no han sabido poder manejar esa fama. Como por ejemplo Tiger Woods.
Pero otros sí han podido, como por ejemplo Messi o Michael Jordan.
Yo lo podría definir como alguien que nació en un lugar muy pero muy humilde de la Argentina (lugar que pude conocer) y que a pesar de tener todo, nunca pudo sacar de su corazón ese rencor contra los supuestos poderosos.
Siempre le gustaba ir de punto y no de banca. Era allí donde sacaba todas las fuerzas para poder ganar. Era Negro o Blanco, nunca gris. Será recordado como un héroe Nacional, pero también como el villano que metió un gol con la famosa mano de “Dios”.
